domingo, julio 31, 2022

COMO SANTIAGO APÓSTOL

 Hace poco celebrábamos la fiesta de nuestro gran Apóstol Santiago. Muy importante para España, porque fue el Apóstol de Jesús que vino a visitarnos y traernos la Fe a nuestras tierras.

Pienso en eso. En si cada uno de nosotros tuviéramos un fuego dentro de nuestro corazón, un amor tal a Jesús, un amor tal a nuestra Iglesia... que no tuviéramos más remedio que levantarnos de nuestro sillón y salir a proclamar la palabra a todo el que se nos cruce por la calle. 

Pero para eso hay que amar a las almas. Hay que tener el deseo de que los demás reciban ese tesoro que nosotros hemos descubierto.

Ayayai... creo que he tocado una herida.

¿Será verdad que nuestro Tesoro es Dios? ¿Nuestro Tesoro es la Iglesia? ¿Nuestro Tesoro es aquel encuentro que tuvimos con Jesús, que un buen día hizo que toda nuestra vida cambiara y nos convirtiéramos? ¿Y nuestra vida se llenó de valores y embelleció nuestra alma, y nos dio un horizonte de eternidad?

                                                         

¿Cómo es nuestra Fe? Tiene el tamaño suficiente como para que queramos una España viva, centrada en vivir los mandamientos de la Ley de Dios, que son los caminos para hacer posible el AMOR y la caridad fraternas basadas en la Verdad de Cristo? ¿O preferimos asentar y decir "Si Wuana" a toda ley anti moral, actitudes que alejan a Dios de nuestra vida cotidiana en la educación, en la política, en el arte, en el trabajo... y tragamos con todo. Y hasta firmamos.

Santiago vino a España para otra cosa; vino para sembrar el fuego de Cristo en nuestro corazón y que lo hiciéramos vida en nuestros hogares. En nuestros círculos. Pero también para que lo contagiásemos a los más alejados.

No vino para que nos quedáramos alicaídos hablando entre nosotros de lo mal que va el mundo, de lo mal que lo hacen los políticos y los religiosos... Eso es sólo criticar. O como poco, remover la caca con un palito. Santiago vino para que cada uno de nosotros se ponga las pilas. Se active por dentro con la vitamina de la Oración y la lectura de vida de Santos. Vino para que creáramos comunidades de vida en torno a Jesús, y viviéramos como El nos enseñó. 

Hay tantas cosas que todavía podemos hacer!! Tantas cosas y cositas que aún no hemos comenzado a hacer...!Asique lo primero es lo primero:

Primero, unirse en Oración; Pedir al Espíritu Santo la fuerza y que ilumine nuestro entendimiento, para que saquemos de la Palabra, de la Tradición, de los Dogmas, de la Vida de los Santos, de la Liturgia, de los Sacramentos, de los Mandamientos y Obras de Caridad... objetivos concretos para ir caminando juntos. Y aplicarlos a lo cotidiano que nos rodea. Poniendo pequeñas soluciones a los retos y problemas que nos plantea nuestro tiempo.

No. No hablo de macroproyectos. Hablo de ayudar a esta mujer embarazada, a esa otra que está metida en la prostitución, de concertar qué día y a qué hora visitar a ese enfermo del hospital, visitar a esos abuelos de aquella residencia de nuestro barrio. Hablo de concretar un día y una hora con nuestro Párroco o sacerdote para llevarle a una, dos o tres personas a las que hemos animado a que hagan una buena Confesión. Hablo de concretar una tarea, un rato de oración juntos. De concretar una pequeña obra. Y después otra y después otra. 

Hablo en fin, de comenzar por nuestro Barrio. Comenzar obras, actos, actitudes que transformen nuestra sociedad. Poner en marcha aquello de "Ora et labora"

Y hacerlo al estilo de Santiago Apóstol; con ese fuego en el corazón que le llevó incluso a tierras lejanas. ¿Por qué no, si tu y yo también estamos llamados a ser Santos?




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