sábado, febrero 16, 2019

¿Que Quiere Dios?

Muchas veces, leemos y escuchamos cuestiones acerca del tema del Ministerio de Liberación, y nos damos cuenta de que entre exorcistas existen diferentes criterios, modos de actuar, y opiniones. También surgen estos planteamientos entre teólogos, sacerdotes e incluso grupos de liberación formados por seglares a cargo de algún sacerdote.

He pensado mucho acerca de todo ello. Con frecuencia me pongo delante del Santisimo y le pido luz, sobre todo ahora que estoy trabajando en un proyecto escrito, donde recojo lo de unos y otros y tengo que ir contrastándolo, resumiendo, extrallendo conclusiones etc.

Pero al final, me he dado cuenta de una cosa importante, que a veces se nos pasa a todos de largo... no es tanto averiguar qué módelo de organización, o de criterios, o de otras cuestiones de carácter práctico son mejores o peores. (Todo ello tiene su importancia, desde luego.) Sino el discernimiento de qué es lo que Dios quiere para este ministerio. ¿Cómo lo quiere Jesús? ¿Cómo quiere Jesús que sean los exorcistas? ¿Cómo quiere Jesús que sean los intercesores? ¿Qué quiere Jesús de cada uno de los afectados para su vida ?

No se si me entendeis. Pero creo que rezamos poco. Quizás, algunos lo hacen más que otros, a modo personal. Pero me refiero a modo en conjunto. ¿Cuántos encuentros se realizan al año, entre Obispos, sacerdotes, exorcistas e intercesores para juntos pedir luz al Espiritu Santo?

Alguien me dirá con razón... Silvia, pero si tu sabes perfectamente, que en España por lo menos, ... no hay todabia una pastoral de liberación... ¿cómo se van a juntar un grupo de personas que no existe?

No. Todabia no existe. Pero yo tengo Fe en Jesús. Y confio plenamente en que El hará el milagro de reunir a su rebaño... en torno a El. Que los convocará a su corazón. Y les hablará. Y ese día... será como un monte Tabor. Todos saldrán transfigurados con el Señor. y el Ministerio de liberación, será... algo tan potente, bello y hondamente arraigado a los principios evangelicos... que los Ángeles aplaudirán de tal manera, que hasta las montañas más grandes se moverán de sitio... y los demonios se echarán a temblar de pánico.

Porque... creo que lo he dicho muchas veces. La unión hace la fuerza. Y el demonio tiembla cuando ve unión entre los cristianos, cuando ve que se reunen en torno a Jesús, cuando ve que se organizan, que se ponen de acuerdo, que son un mismo espíritu, un mismo cuerpo, un mismo ejército.

Recemos pues, y pídamosle todos, que haga ese milagro.

Indulgencia Plenaria Cerro de los Ángeles

No recuerdo si he hablado alguna vez por aquí de la importancia de las indulgencias plenarias. En mi proceso de liberación, ya a finales, cuando ya comenzaba a estar bastante mejor y podia rezar con cierta normalidad, aproveché el año jubiliar de la Misericordia para ganar todas las que pude y aplicar unas para mi y otras muchas para todo mi arbol genealogico.

Para las personas que saben de antemano que en su familia hubo alguien relacionado con la magia, brujería, etc por parte de padre o por parte de madre en su árbol genealogico... o que hubo pecados de drogas, suicidios, homicidios, abortos... u otros de índole fuerte, es siempre una obra de caridad acordarnos de ellos, y regalarles una indulgencia. Porque ese bien que le hacemos, además va a redundar en nuestro propio bien,. A nosotros nos sana el perdonar, y el practicar la caridad. (Es una obra de misericordia rezar por los difuntos.) y a nuestros parientes, la oración les sana de sus heridas y con ella llamamos a la puerta del corazón de Dios para suplicar su misericordia con ellos.

Este año se ha abierto un año jubilar, como primer centenario de la consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús, desde el 2 de diciembre del 2018 hasta el 24 de noviembre del 2019. Por eso, se han abierto las puertas de la basílica del Cerro de los Ángeles, en Getafe.

 Los fieles que peregrinen hasta allí podrán ganar  indulgencia plenaria cumpliendo con los requisitos habituales (confesión sacramental, comunión eucarística y orar por las intenciones del Santo Padre). Es una ocasión buenisima, para adentrarnos más en el corazón de Jesús. 

Juana... ¿La loca?

Me impresionó mucho. Confieso que hasta casi asomarse las lágrimas por mis ojos:
Hace pocos días pude asistir a una conferencia de Jose Maria Zavala, autor del libro "Isabel, íntima", entre otras muchas obras que tiene publicadas. Este encuentro estaba centrado sobre la vida de Isabel la Católica, en la que nos descubria algunos aspectos de su gran personalidad, que me llamaron la atención y me acercaron a una visión más humana y entrañable de esta Reina que tuvo España.
Pero hubo un detalle que me llegó hasta la médula, no de ella, sino de su hija Juana, llamada "la loca". Y es que en sus indagaciones , este gran periodista, encontró  documentos que demuestran la posibilidad de que Juana no estuviera loca, como se ha mantenido durante tanto tiempo, sino poseida por un demonio, o al menos con una gran influencia demoniaca. Ya que se aconsejaron exorcismos para ella, aunque nunca pudo disfrutar de ellos en su encierro, que tantos años duró.

Podriamos así explicar sus comportamientos, y entender mucho mejor la situación del momento en torno a esta figura de Juana, que debió de sufrir muchisimo sobre todo en los ultimos años de su vida, cuando el mal estaba más manifiesto.
Confieso, que al escucharlo, me conmovió por dentro. Ya que no puedo imaginarme estar tantos años, sin un auxilio tan importante como es la oración de exorcismo.
Una vez más, se hace patente la incomprensión de este problema ante la sociedad, que ha pasado desapercibido, y tantos libros de historia cuentan la historia de manera diferente.
Es de agradecer, que haya periodistas e investigadores que saquen a la luz la verdadera historia y se haga justicia a tantos personajes que han sido mancillados por investigadores menos rigurosos u objetivos.
Y es que continuamente, en periodismo y en historia, se incurre gravemente de forma casi insistente en contar las cosas desde nuestra propia idiologia, pisoteando por encima de la verdad objetiva. Ha ocurrido así con el tema del Exorcismo durante toda la epoca especialmente de la Edad Media, en la que se ha acusado a la Iglesia nada menos que de usar el Exorcismo para torturar a las personas o "acusarlas de tener un demonio". Empozoñando así la naturaleza noble y el fin del exorcismo, que lejos de ser una tortura, (para el demonio sí lo es y por eso se retuerce y grita), para la persona es un auxilio, un balsamo, un consuelo.
Así podriamos proclamarlo tantas personas que hemos pasado por muchos exorcismos hasta ser liberados. O los que están siendo atendidos en muchas partes del mundo, y acuden voluntariamente buscando este balsamo.
No niego, que en algún momento, por la incomprensión en torno a este misterio, se hayan podido cometer errores, pero no suele ser así en la mayoría de los casos.
He insistido muchas veces, en que es una falta de caridad dejar a una persona que lo necesita sin la oración de exorcismo o de oraciones de liberación (exorcismos menores). Ya que sin ellos, el demonio es dueño de la situación, controla todo y tortura a su gusto a su victima.
No se puede "acusar" a nadie de tener un demonio. Porque, aunque el demonio haya podido entrar por puertas que uno abrió libremente, la persona se combierte en un reo, en una victima que sufre.
Que haya personas, que a lo largo de la historia, han necesitado estos consuelos que Jesucristo ordenó que se aplicaran a los posesos e influenciados por la acción extrahordinaria del demonio, y sin embargo se les niega (ya sea por parte de la iglesia que se niega, ya sea porque los familiares se niegan a llevar a la persona a un exorcista...) es una tragedia; sólo los que hemos estado cerca de alguien que ha sufrido este tormento, o lo hemos vivido en nuestra propia carne, y aquellos que tienen un corazón capaz de empatizar con el sufrimiento ajeno... pueden conmoverse, ante la soledad de alguien que pasó muchos años , como Juana, encerrada. Incomprendida por tantos, que la han hecho pasar injustamente a la historia, como "la loca", cuando en realidad fué presa de uno de los mayores tormentos por los que puede pasar un alma.